lunes, 20 de diciembre de 2010

El amigo

Los perros tiraban con fuerza de los trineos, la estela de su paso quedaba marcada en la nieve. No importaba demasiado porque el temporal se encargaría de que sus huellas fueran borradas. Casi se podía sentir el corazón latiendo con fuerza de los perros al avanzar en el camino. El viento azotaba fuerte y los copos de nieve caían con bastante intensidad.

Entre los perros que tiraban de los trineos ocupaba el tercer puesto Juke. Era de color blanco y tenía los ojos gris claro. Era el perro de Cronan. Desde que nació supo que era especial. No pudo resistirse a adoptarlo cuando vio que su madre moría en el parto. De toda la camada era el único de color blanco y destacaba porque era revoltoso y juguetón. Incluso se hubiera podido intuir que no sería fácil adiestrarlo, pero era eso justo lo que a Cronan le llamó la atención.




Ya llevaban casi tres años juntos y eran inseparables. Desde que era un cachorro todas las mañanas a primera hora se levantaban y se dirigían al lago a darse un baño para despertar. Les encantaba jugar a que Cronan lanzara una piedra y Juke corriera a buscarla. Después de un rato en el lago solían correr varios kilómetros a través del monte.  A Cronan le gustaba sentir cerca el contacto con la naturaleza. Siempre había tenido devoción por los animales y fue justo ésto, lo que  hizo que buscara un trabajo en el que pudiera estar cerca de ellos. Cronan era adiestrador de perros así que estar todo el día juntos era algo sencillo. En estos años Cronan había conseguido que Juke fuera un perro obediente y dócil y esto hacía que fuera una pieza esencial a la hora de  ayudarle a adiestrar al resto de  perros.  Disfrutaban de cada momento juntos, eran amigos inseparables. A Cronan le daba bastante seguridad el hecho de que Juke le acompañara en esta aventura. Sabía que era un amigo incondicional que incluso dado el momento daría su vida por salvarle. Cronan también haría lo mismo sin dudarlo un segundo por su fiel amigo Juke. 




Ya llevaban horas de camino y el frío y el cansancio hacían que necesitaran descansar. Gondor no se lo pensó dos veces, se giró y le dijo al grupo ...

- Veo un lugar donde podemos parar  ... nos vendrá bien un descanso ...
- Sí por favor, ya no siento las manos... - dijo Lirel
- Me ha parecido ver una cueva en la montaña... creo que será un buen lugar
- ¿Donde?, no lo veo.. - dijo Cronan
- Está aquí mismo ...
- ¿Será seguro? - le dijo Cronan
- Tendremos que comprobarlo...

miércoles, 8 de diciembre de 2010

El médico

Abrió la puerta con sigilo y se dirigió decidida hacia la ventana. Subió la persiana y corrió las blancas y largas cortinas de lino como cada mañana. Lo hacía muy despacio para evitar que se sobresaltara al despertar. Siempre lo hacía sobre las once de la mañana,  para dejarla descansar pero hoy era martes y como cada semana Arwen recibía la visita del médico. Llegaría sobre las diez y media. Venía desde Granada en coche sólo para poder reconocerla. Hasta el momento no había podido avanzar mucho en el caso, aunque algo le decía que estaba muy cerca de alcanzar algún logro. Se había convertido en un reto personal. Le habían recomendado el caso y tras vacilar unos días  algo en la  historia de Arwen le intrigaba y le despertaba curiosidad.  
 El doctor Peter Warren era una eminencia en el campo de la neurología. Licenciado en  Harvard había ejercido en prestigiosos centros tanto en Estados Unidos como en Europa. Había publicado en conocidas revistas de ciencia varios artículos muy interesantes sobre el cerebro y sus funciones. Actualmente colaboraba con la Universidad de Leeds en sus estudios sobre el déjá vu y estaba inmerso en estudios sobre el circuito cerebral. Hacía cinco años que se había enamorado de Granada  al asistir a una conferencia organizada por la Facultad de Medicina. Fue entonces cuando decidió cambiar su residencia. Le gustó tanto el ambiente, la cultura y el sol de la ciudad andaluza que acabó comprándose una antigua casa en el barrio del Albaicín con vistas a la Alhambra. Estaba tan ilusionado con el proyecto que incluso había participado activamente en su rehabilitación. Nada tenía que ver la casa que compró con la que actualmente estaba disfrutando.  Tenía bastante contacto con colegas de la Facultad de Medicina y fue justo uno de ellos quien le puso en contacto con el caso de una joven que vivía en Almería y que ni tan siquiera recordaba su nombre. Se trataba de Arwen.




Todos la llamaban Arwen porque cuando la encontraron desmayada en la roca llevaba alrededor de su cuello una cadena de plata con una llave y un pequeño cofre con aspecto de ser muy antiguos. En su interior había dos cosas, una piedra con un rostro muy parecido al suyo en cuya  parte inferior se podía leer  Arwen  y un pequeño pergamino con frases  en un idioma que nadie conocía.  En el bolsillo derecho de su pantalón vaquero había una carta cerrada, doblada y arrugada dirigida a una dirección de Almería. Tenía remitente británico.  Cuando la ambulancia la llevó al hospital, al realizar el ingreso indicaron la existencia de dicha carta como posible método para identificar a la paciente. No tardó en presentarse aquel desconocido que aparecía en la dirección de la carta. Después de seis días, allí estaba frente al mostrador de información esperando ser atendido.





-" Perdone señorita ... soy Patrick Houston, creo que me han llamado para identificar a una joven que ingresó el pasado jueves.." se dirigió con un perfecto castellano con acento extranjero
- "Sí perdone, déjeme que busque el expediente...hemos estado intentando localizarle desde hace unos días... "
- "Permítame que le entregue una carta que está dirigida a usted... esperamos que pueda ayudarnos a identificar a la joven.. la llevaba consigo cuando la encontraron"
- "¿Tiene algún documento que le identifique señor?"
- "Claro, claro .. aquí tiene..."
Expectante, cogió la carta entre sus manos, el corazón se le iba a salir del pecho...la abrió con sumo cuidado para no deteriorarla , procedió a su lectura y necesitó varios minutos para articular alguna palabra.

- "Por favor señorita, ¿qué necesito para poder dar de alta a la paciente? ¿donde puedo localizar al médico que la trata?, ¿puedo verla? me gustaría trasladar a la paciente a mi casa.. allí estará bien atendida ...
- " ¿Disculpe como dice?
- "Quiero que le den el alta a la chica... me gustaría encargarme de su tratamiento..."
-"Pero...pero..."
- "¡Por favor señorita...!"
- "Muy bien señor, aguarde en la sala de espera del fondo que en seguida aviso al médico para que le atienda.."
Con paso seguro se dirigió hacia el lugar que le habían indicado..., se sentó a esperar al médico y muy emocionado leyó una y otra vez la carta... no podía creer lo que tenía en sus manos..

lunes, 6 de diciembre de 2010

La Caravana

  La caravana estaba formada por siete trineos . En el primero viajaban Gondor y Aranar, seguidos por el de Lirel y  Morten y en último lugar Cronan y Leiya.  El temporal arreciaba y debían encontrar antes de que llegara la noche  un refugio donde guarecerse. Llevaban provisiones suficientes para aguantar al menos las próximas semanas. Habían provisto lo suficiente  hasta salvar el abismo de Furden. Sabían que la marcha sería dura y el clima no les estaba ayudando nada. Hubieran preferido viajar en la estación de la séptima luna, en la que la vida resurgía por cualquier rincón donde la vista llegara alcanzar, seguro que incluso cualquier estación hubiera sido mejor,  pero les tocó partir en la estación del hielo y eso haría que el viaje fuera  muy duro. Los niños estaban dormidos, habían salido al amanecer para aprovechar el mayor número de horas de luz y en la cabeza de Gondor martilleaba la idea de avanzar lo máximo posible antes de que se despertaran. Sabía que los niños no aguantarían mucho trayecto sin requerir atención y  no podían parar hasta llevar al menos un día de ventaja.



Lirel abrazaba a su pequeña con fuerza intentando evitar que el frío le cortara la cara. Le miraba atenta a sus ojos y se repetía a sí misma que aquel viaje era necesario, que todo era por el bien de sus hijos. Morten, su marido le había indicado que tenían que partir pero ella no estaba muy convencida. La relación con Morten se había deteriorado desde que apareció en sus vidas el pequeño Jake hacía ya un año y medio. No había ayudado nada el hecho de que Lirel hubiera dado a luz hacía cuatro meses a la pequeña Mitrel. Morten sentía que Lirel no le dedicaba el mismo tiempo y atenciones que antes y se lo reprochaba constantemente. Lirel se sentía sóla con los dos pequeños, el cansancio formaba parte de su rutina diaria. No era fácil para ella cambiar su vida de repente y convertirse de la noche a la mañana en madre de dos niños pequeños que dependían totalmente de ella. Ya no encontraba tiempo para ella, para arreglarse como siempre le había gustado. Lirel siempre había sido muy coqueta y había invertido horas y horas delante del espejo buscando la forma de sacar el mejor partido a sus rasgos que de  por sí ya eras bellos. Con los embarazos su figura se había resentido y había ganado unos cuantos kilos de más, cosa que hacía que se sintiera menos deseable.  Últimamente su mirada denotaba tristeza y lo único que le motivaba a seguir adelante era saber que  sus hijos la necesitaban y la idea de que Mortel la volviera a ver atractiva. Lirel pensaba que tal vez la dureza de éste viaje hiciera que se sintieran más unidos, al fin y al cabo eran una familia.

lunes, 29 de noviembre de 2010

El líder



La caravana se formó de modo natural siendo liderada por Gondor. Siempre había destacado por sus dotes de líder y en esta ocasión nadie se planteó quien tomaría las riendas. Gondor era apuesto y fuerte y desde niño siempre había despertado  la admiración entre el sexo contrario. No había sido difícil para él conseguir a la chica que se le antojase en el momento que le apeteciera. Desde niño siempre había sido muy inquieto y siempre había soñado con realizar grandes batallas.  Nunca hubiera llegado a pensar que finalmente la vida le llevara a liderar una aventura tan arriesgada. Siempre había llevado una vida alocada motivada por las grandes dosis de energía que poseía y por otra parte por la necesidad de hacer ver a su padre la valentía de la que hacía gala. Siempre había querido que su padre estuviera orgulloso de él y hacía lo imposible por intentar conseguirlo. Para Gondor esto era algo muy importante.  Parecía, incluso desde niño querer comerse el mundo y esto le llevaba a meterse siempre en problemas. Su inteligencia fue lo que le  salvó del fracaso y de echar a perder toda su vida. Inteligencia que con el paso de los años le había hecho ganar también la admiración de sus amigos. Cualquier cosa que necesitara ingenio era para él una tontería. Además tenía un gran don para la oratoria que hacía que todos quisieran escuchar cualquier cosa que les quisiera contar. Esto era algo, que además siempre le había gustado.  Todos respetaban ciegamente sus conclusiones y además le habrían seguido a cualquier parte donde él los hubiera podido necesitar. Gondor era como un potro salvaje al que nadie había podido domar.  De caracter fuerte y dominante, todo esto cambió cuando apareció en su vida Aranar. De repente su vida cobró otro significado. Nunca había estado enamorado y cuando la conoció, en ese mismo instante supo que quería que fuese  la compañera con la que compartir toda su vida.

martes, 23 de noviembre de 2010

La Huída

Hacía frío, la ventisca cada vez era más fuerte y Aranar y Gondor junto con los Grenfil y los Méltor luchaban por continuar adelante. No era fácil para Aranar llevar a cabo este viaje embarazada de cinco meses pero las circunstancias les habían llevado a realizarlo tan repentinamente. Rojen les había obligado a dejar atrás todo lo que había sido su hogar hasta el momento. Sabían que tenían que huir o todos lo lamentarían. Se desplazaban con todo lo que habían podido coger en el poco tiempo que tuvieron antes de partir. Cargaron los trineos, pusieron los arneses a los perros y se encaminarón a un futuro incierto, no antes de volver a mirar hacia atrás, las lagrimas caían por las mejillas de Aranar.. toda su vida quedaba atrás ...

sábado, 20 de noviembre de 2010

La ventana

Miraba el mar por la ventana... los rayos del sol le iluminaban la cara. Tenía  la mirada perdida en el infinito pero su sonrisa transmitía tranquilidad y sosiego. Como muchas mañanas se sentaba junto a la enorme ventana de su dormitorio en lo que ella llamaba su rinconcito. Le encantaba su chaiselonge de color rojo granate invadido de cojines en los que arrebujarse. Se tapaba con su vieja manta de lana y dejaba que los rayos del sol le calentaran el cuerpo al entrar por la ventana.  Necesitaba esos momentos de soledad para dejarse llevar por sus recuerdos, o al menos lo que ella pensaba que eran sus recuerdos..

lunes, 1 de noviembre de 2010

Bienvenidos a Los Viajes de Arwen

Bienvenidos a todos a este pequeño rincón en el que iré incorporando nuevos lugares y hoteles que podéis incluir en vuestros viajes. Espero que os resulte cómodo y fácil de consultar. También me gustaría compartir con todos vosotros historias  que suceden en mi imaginación, adentrándome humildemente en el fascinante y difícil mundo de las letras. En definitiva bienvenidos al mundo de "Los viajes de Arwen"...